Las cámaras de seguridad se utilizan en todo tipo de entornos a veces muy adversos, con condiciones climáticas extremas. Podemos necesitar videovigilancia en un desierto, con temperaturas extremas y viento y polvo constante, o en regiones con fuertes lluvias o en zonas heladas con muy bajas temperaturas. 

El líquido y el polvo son grandes enemigos de los dispositivos electrónicos. Por ello es necesario determinar y probar el grado de protección de los equipos, dependiendo si las vamos a instalar en interior o exterior.   

Las cámaras situadas en interior están menos expuestas, pero es posible que sea necesario  que tengan protección en caso de incendio, por ejemplo, cuando están activados los rociadores antiincendios, e incluso en circunstancias como inundaciones o en instalaciones sumergidas.

Nivel de seguridad IP contra polvo y líquidos  

Las siglas IP vienen acompañadas de dos dígitos, por ejemplo, IP 67. La primera cifra (6), se vincularía con la protección ante la entrada de material sólido mientras que la segunda cifra (7) se refiere al nivel de protección contra la entrada de líquido.

Para determinar el nivel de seguridad IP, las cámaras se someten a diferentes pruebas. Nivel “0” ninguna protección, nivel 1 protección contra partículas de 50 mm de diámetro. A medida que se reduce el tamaño de la partícula,  aumenta el nivel de protección de la carcasa. El rango normalmente va del IP0 hasta el IP6. El nivel de protección IP6 establece que por ninguna circunstancia deben entrar partículas de polvo al dispositivo.